Nos gusta bailar swing porque disfrutamos conociendo a gente de todo el mundo, viajando a otras ciudades y a otras épocas. La pandemia no nos ha dejado hacerlo este 2020.
Cuando pensamos en bailar, en los clandestinos y las clases, nos sube la alegría desde los pies hasta el corazón. Es un sentimiento que huele a laca, cuero y sol. Llegar a una sala con completos desconocidos y salir de ella con amigos que no solo comparten tu pasión por el baile sino también un estilo de vida único. Ese momento en el que el bounce se apodera de nuestros zapatos ha sido difícil de vivir este año.
En 2020 hemos tenido que aprender a conectarnos a través de la red y esperar por un 2021 mejor. Los abrazos ya no están y las risas al tropezar se escuchan a través de un altavoz. Poco a poco están volviendo a abrir las academias pero parece que la vuelta a la normalidad se alarga más de lo que nos gustaría.
El swing es un estilo de vida que se basa en la alegría, conocer gente, el respeto, la música. Esa es nuestra filosofía y nada ni siquiera una pandemia puede hacer que perdamos las ganas de volver a tomar las calles para bailar durante una noche, dos o incluso tres. A los amantes del swing nos gusta la historia, ahora tenemos la oportunidad de hacerla, que se nos recuerde por nuestro espíritu y nuestras ganas de seguir bailando hasta debajo de la tormenta.
Todos juntos, desde Alicante hasta Alaska bailaremos para que pronto llegue un 2021 lleno de viajes y música.
¡Feliz Año Nuevo!